domingo, 8 de marzo de 2009

Tan derrepente


La vida le llega de repente a Marcia,
una gorda bella, solitaria y soñadora, quien ve interrumpidas sus horas de soledad en su departamento y de aburrimiento en una lencería con su tropiezo fortuito con Mao y Lenin, dos chicas punk, duras y desprejuiciadas, que le manifiestan su amor. Este es el desencadenante de la acción que las empujará hacia delante, unidas por un vínculo tan bizarro como inexplicable. Una estupenda fotografía en blanco y negro de grano grueso responde a los fines de retratar la soledad y la incomunicación, y acentúa los contrastes que propone el film. Lerman había realizado un corto sobre un relato de César Aira, La prueba, y la primera mitad de este largometraje es una reelaboración de aquel corto, con el viaje de las chicas a conocer el mar como una prueba de amor. Hasta allí el film resulta innovador, sumamente sugestivo, de un humor áspero, una ironía seca, llevado adelante por tres actrices muy talentosas (Tatiana Saphir, Carla Crespi y Verónica Hassan), quienes tensan la cuerda de esa actitud aparentemente prescindente, ajena y ausente que exhiben los jóvenes. Es muy interesante el trabajo que el film lleva a cabo con el lenguaje: también en Sábado se exploraban los nuevos códigos de lengua que está imponiendo la juventud, que aquí se expresa con una economía expresiva, una articulación neutra que llega al despojamiento de todo sentimentalismo, y hasta de entusiasmo.

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